Crónica de Former Selves + Lace Bows

La promotora Lemon Cat han sido los encargados de organizar el directo de Former Selves y Lace Bows, como ellos mismos se describen se dedican a la promoción de conciertos de alto contenido espiritual y bajo beneficio económico. Tuve el placer de comprobar ambas cosas ya que amablemente me permitieron pasar y pude disfrutar de esa atmósfera tan mística que se creó en la parte lounge del local, además el precio de la entrada era de tan sólo 6€, algo poco habitual. La sala Siroco es frecuentada por los amantes de la música de baile, por celebrar fiestas tan atractivas como el Post Club, además consta de dos ambientes diferentes por lo que en la misma noche puedes elegir por ejemplo entre escuchar la electrónica más actual o bailar al ritmo del mejor funky.

El portugués Joana Francisco, artísticamente se denomina Lace Bows, fue el primero en deleitarnos con su particular directo. Él y un sampler en forma de caja de ritmos fueron los únicos presentes durante su actuación, su música se compone de sonidos contundentes mezclados con porciones de canciones clásicas de los años 50 y 60 de estilo boogie. El músico transmitía total serenidad y nos hizo concentrarnos en su variedad de ondas sonoras.

A continuación aparecía el anfitrión de la noche, Paul Skomsvold (Former Selves) de EE.UU. llenó el pequeño escenario con un ajuar de instrumentos musicales como pedaleras, sintetizadores, controladoras e incluso un walkman. Se descalzó y se puso de rodillas, así permaneció todo el concierto, no veíamos su rostro pero es que en este caso eran protagonistas las diferentes formas proyectadas por las luces y sobre todo su preciosista música. Former Selves compone sonidos relajantes capaces de transportarnos a épocas y lugares diferentes, promueve la evocación de recuerdos en nuestra mente y la sensación de estar inmerso en un sueño. En la sala nos encontrábamos una treintena de personas y gracias a ello fue posible la intimidad que requiere un concierto de estas características, ambient en estado puro para dejarnos llevar y sólo sentir lo bello. Terminada su actuación se despidió humildemente y pude acercarme a su pequeño stand de discos, llamaba la atención que también podías adquirir su música en el olvidado formato cassette. En definitiva, una bonita velada para abrir el fin de semana y desconectar de la ajetreada rutina.