Crónica de The Tallest Man On Earth

Era la primera vez que asistía como cronista oficial de plandeGira a una de mis salas favoritas, la Joy Eslava, y los nervios eran evidentes, pero una vez llegué a la puerta un chico muy amable confirmó mi pase de prensa, entré y empecé a disfrutar. Llegué poco después de la apertura de puertas, por lo que las colas nos eran todavía muy largas a pesar de haber vendido casi todas las entradas, una vez dentro mi sorpresa fue que los teloneros habían empezado mucho antes de lo previsto.

Los británicos Dan Haywood’s New Hawks fueron haciendo boca a aquellos pocos que ya nos encontrábamos en el interior de la Joy Eslava. Esta sala es un referente de la noche madrileña, además de por situarse en plena calle Arenal, también porque llama la atención su estructura interior en forma de teatro con una pista principal y dos pisos con palcos, esto se debe a que anteriormente era el emplazamiento del teatro Eslava.

Tras media hora de espera una vez finalizado el concierto de los teloneros, aparece en escena el guapísimo Kristian Matsson, entonces se escucharon los primeros gritos de las féminas allí presentes que fueron constantes durante todo el concierto, la voz rota de The Tallest Man on Earth contrasta a la perfección con su dulce rostro. Este joven sueco sorprende a muchos por el estilo de música que compone, más propia de un americano, ya que el sonido folk es el protagonista de sus canciones.

A medida que empezaba el concierto la pista y los palcos de la sala se llenaban, por lo que el público era abundante sobre todo en términos femeninos, en general un público joven y de tendencia hipster, algo que me sorprendió ya que la música era de raíces profundas y no es quizás lo más moderno, aunque claro, no deja de ser alternativo.

Desde la segunda canción "Love is all" mantuve casi durante toda la actuación el vello de punta, y es que las melodías de Kristian Matsson transmiten sensaciones enormes y a pesar de ser más bien bajito se convierte en el hombre más alto del mundo y es capaz de llenar el escenario con tan sólo él y una guitarra. A pesar de venir a presentar su último y tercer álbum "There´s no leaving now", no faltaron canciones de sus anteriores trabajos como "The Gardener", en la que el público dio el toque final cantando la última frase y provocando una sonrisa en el artista, y por supuesto no podía faltar la canción "King of Spain" dado que la actuación estaba teniendo lugar en Madrid, aquí los asistentes se animaron a acompañar la música con palmadas.

La actuación transcurría con un intimismo característico de la música de The tallest Man on Earth y la suave luz del escenario acompañaba los punteos de canciones como "Where do my bluebird fly". Cuando parecía que el concierto finalizaba, Kristian Matsson aparecía de nuevo en el escenario y ofrecía un bis de dos canciones dando cierre con la bonita canción "The dreamer", provocando la ensoñación en el ambiente gracias a su voz y la melodía de un antiguo teclado.

Resulta complicado que un concierto con estas características no se convierta en monótono, y aunque quizás lo fuera un poco, no deja de ser admirable que un cantautor sea capaz de defender con el talante musical que lo hizo The Tallest Man on Earth, un directo en el que la duración y los temas interpretados fueron correctos. Durante todo el concierto Kristian Matsson mantuvo una actitud carismática y provocaba la atracción del público que se mostró entregado durante los noventa minutos que duró el directo. A la salida abundaban las sonrisas entre los asistentes y además se sentía un ambiente alegre, por lo que queda patente que todos disfrutamos de la actuación y los que le veíamos por primera vez quedamos más que satisfechos.